No tienen grasa. No tienen azucar. No tienen sabor. He aquí las magdalenas de régimen. Aire rodeado de claras montadas, salvados de avena y trigo, un poquito de maicena y edulcorante. La verdad es que vistas dan el pego.
Y no me digáis que os resistiríais a un desasyuno tan apetitoso como este.
El mundo entero es un enorme vacío.
Yo sin mis magdalenas del desayuno no soy persona... así mismo te lo digo.
ResponderEliminarPor cierto, soy Pérfida
Un saludo coleguita
Que me ha dao ternura tu post, y algo de inquietud también...
ResponderEliminarestaras en los huesos
ResponderEliminarnos dejaste sin saber tus evoluviones con la dieta....me lo veia venir
ResponderEliminarjajajajjajajja, no sabes cómo te entiendo!!! Sin calorías y sin azúcar siempre es sin sabor. Te quitan el hambre, vale, pero tb las ganas de vivir, jajajjaja
ResponderEliminarPásate por mi blog de maternidad irreverente si te apetece http://hijanohaymasqueuna.blogspot.com.es/2012/04/madre-si-hay-mas-que-una_16.html
te imagino en el infrapeso como Mario Vaquerizo
ResponderEliminar